domingo, 31 de agosto de 2014

Sullivan Street: Mi camino al gigante dormido..

No hay palabras que describan el sentimiento que experimento cuando escucho una canción de las que yo suelo llamar emblemáticas, abanderadas de un momento específico en mi vida, fiel compañera de infortunios, retrato de una versión mía y encargada de recordarme que todavía hay algo de ella en mí.  Ese sentimiento despertó en mí hace un par de días que mi esposo reprodujo una lista de música al azar y apareció la emblemática Sullivan Street.   Para todos los que conocen esta canción de Counting Crows probablemente suene a disparate decir que me emocioné, me llene de alegría  y que escucharla temprano en la mañana hizo de mi día algo totalmente diferente. La canción no es precisamente una declaratoria a la felicidad y al positivismo, desde que inicia te pone en un estado de ánimo más reflexivo que otra cosa,  pero  lo que me llenó de energía y de felicidad no fue la letra de la canción o los acordes, es una fuerza indescriptible, la misma que me tiene un domingo a las 11 pm haciendo este post.

Me declaro una amante empedernida de la música, no hay nada que genere la adrenalina que me genera encontrar una canción que escuché un día y quedo grabada en mi mente (en estos tiempos es tan fácil con el shazan, el google y demás encontrar una canción, pero de donde yo vengo no era tan sencillo, algunos de ustedes no me dejarán mentir) o descubrir un  desconocido para mí, que vive al otro lado del mundo y que hace buena música  y por supuesto encontrar una versión inédita, única de una canción de alguno de tus artistas favoritos.

Por más que la vida, los proyectos, los sueños, compromisos e inclusive el único e inigualable proceso de enamorarse de alguien y vivir el amor nos absorba, siempre habrá un momento en que nosotros, los incondicionales de la música, seremos seducidos por esa amante que capturó nuestro corazón desde mucho tiempo atrás, siempre habrá una Sullivan Street que nos haga el día.

Este post está dedicado a todos los que hemos literalmente amanecido pegados a la computadora, movidos por la emoción que genera estar en una "racha" de buena música, decenas y decenas de canciones que te llenan de satisfacción y que despiertan tu interés en otras tantas docenas más.  Ese placer secreto de tener una canción que la sentís como un placer íntimo y único tuyo, algo que no compartís con cualquiera, lo reservas para ocasiones especiales o para compartírselo a una persona que sentís que va a entender lo que la hace especial.  Mi colección de música no es para mí un objeto de entretenimiento, ni recurro a ella para animar un día o crear la atmósfera correcta para el momento. Mi colección de música es un secreto objeto de afecto y orgullo, para la mayoría de la gente esto puede resultar absurdo, pero sólo el que sea un obseso amante de la música como yo puede entenderme.

Y finalmente los dejo con la canción que me hizo desempolvar este blog después de 3 años de mi último post, esta es la canción que despertó mi gigante dormido.





2 comentarios:

  1. Que linda canción tu! gracias por compartirla! Un abrazo =)

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  2. Sí, creo que las colecciones personales de canciones son un motivo de afecto y orgullo. Creo ademas que cada canción que uno adopta se vuelve un verdadero patrimonio propio que muy difícilmente alguien puede llegar entender de la misma manera, ni siquiera quien la escribió.

    'Sullivan Street' habla de las introspecciones que conllevaban los paseos nocturnos que hacía el vocalista Adam Duritz para abstraerse de la imposibilidad de pasar la noche con su novia, cuya madre religiosa les impedía dormir juntos. Fue un gran álbum el 'August and Everything After' de 1993, del que lamentablemente las radios en su mayoría apenas programaban "Mr. Jones".

    Counting Crows es tremenda banda, una de esas que suelen tocar fibra. De ellos tengo muy presente 'A Long December', una canción de su siguiente álbum, 'Recovering the Satellites' de 1996, que a mí me pegó muy fuerte varios años después, durante una dura experiencia parte-aguas y difíciles días de hospital a finales de 2008. Las canciones son motivos de afecto y orgullo, sin duda.

    Gracias por compartirnos la resurrección de tu blog...

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